Atrévete a conocer
Actualizado: 6 ene 2020
Por: Mareleney Rodríguez
Directora, Ministerio de la Mujer
CoG North Central Hispanic Region
En una ocasión llevé a mi sobrino, que ahora sirve en las fuerzas armadas, a un restaurante de comida rápida que contaba con un salón de juegos. Para él era una gran alegría llegar al restaurante, pero no por la comida, sino porque quería jugar. Siempre he admirado la habilidad que tiene desde que era un niño de hacer amistades. Recuerdo que le dije que tenía que comer antes de irse a jugar; comió rápido y se fue. Al rato regresó a la mesa y me dijo que había hecho nuevos amigos… y le dije: “¡Ya hiciste nuevos amigos! Dio la vuelta e inmediatamente regresó y trajo consigo a sus nuevos amigos, y me dijo: “Les pregunté su nombre y cuál era su juguete favorito, y comenzamos a jugar”. Sencillas las preguntas, ¿verdad?, pero se dio a la tarea de entablar una amistad (aunque fuera por un rato). Esto me hizo reflexionar. Los niños no se parcializan (o prejuician, como dirían algunos) con otros niños como suelen hacer algunos adultos. Tampoco basan su amistad en el estatus quo, la ejecutoria y el talento. Para ellos conocer a otros es una gran alegría.
¿Qué de nosotros los “creyentes”?
Hay algunos que antes de que un líder comience a liderar en una posición, o antes que llegue un nuevo pastor a la iglesia, ya han decidido en su corazón que no aceptarán su liderazgo, que no entrarán en su pequeño reino, y le cuestionarán todo. De una vez ponen un candado en su corazón y no importa cuán bien la persona haga el trabajo, cuánto esfuerzo haga por avanzar el reino de Dios, cuánto tiempo dedique, para ellos es irrelevante. Por otro lado, hay otros que fácilmente se dejan contaminar por los comentarios de otros, cuyo fin es simplemente sembrar cizaña y hacer daño. Dice la Biblia: “No juzguéis, para que no seáis juzgados… (Mateo 7:1-5). Éstos son los que critican todo, pero no se ven en un espejo. Son los que si no cantaron el coro que les gusta, dicen que el culto estuvo muerto. Son los que dan un dólar de ofrenda, pero son los primeros en las reuniones de negocios… están listos para llenar la hoja de evaluación de otros, sin antes tomarse el tiempo para conocer sus habilidades y sus virtudes. Cristo nos dejó el más grande ejemplo: Él conoció a Sus seguidores.
Enseñanzas sencillas:
1. Esfuérzate por conocer a tus líderes, hermanos y hermanas.
2. No emitas palabras sin conocer a las personas.
3. Recuerda que no te gustaría que imitan juicio contra ti sin antes conocerte.
4. No compares los estilos de liderazgo, pues ningún líder es clon de otro.
Atrévete a conocer… y aprendamos a valorar y trabajar en pro de la misión.
