DONDE HAY ALABANZA Y ADORACIÓN, ¡HAY PODER DE DIOS!
Por: Yolanda Fernández
Hace varios años atrás, limpiando la casa, inició un dolor en mi rodilla izquierda y después en la derecha; me pareció muy extraño, en cuestión de segundos el dolor avanzó por todo mi cuerpo y tuve que acostarme (ahí tendría una experiencia poderosa en Dios que jamás olvidaré) porque todo mi cuerpo me dolía. Por segundos mi rodilla se ponía caliente insoportable y cambiaba a un frío terrible. Mi cuerpo comenzó a temblar con una fuerza incontrolable, y siguió un dolor de cabeza que me nubló la vista (para este momento pensé que iba a morir). Aquí fue donde clamé a Dios, pidiendo su ayuda con estas palabras: ¡Dios mío! ¿Qué me pasa? ¡No me quiero morir, ayúdame! Invoqué a Dios en el nombre de Jesús.
Y de una manera difícil de explicar, una voz habló a mi mente diciendo: ALABANZA Y ADORACIÓN, y repitió, ALABANZA Y ADORACIÓN. Como pude empecé a dar honra y adoración a mi Padre amado quien es digno… Y de pronto, en cuestión de segundos, mi cuerpo estaba totalmente recuperado. En mi angustia, clamé a Dios y Él me respondió; a su nombre toda la gloria.
En las Escrituras podemos comprobar cómo se mueve el poder de Dios donde hay alabanza y adoración. Por ejemplo, el caso de Saúl, siendo atormentado por un espíritu, mandó a buscar a David y este le tocaba música. Me imagino a David alabando con palabras que honraban el nombre del Todopoderoso, llenando el lugar de una atmósfera de presencia de Dios y el espíritu malo se apartaba de Saúl, sintiéndose con alivio y paz. También, cuando sin merecerlo Pablo y Silas fueron encarcelados en un lugar oscuro y triste, ellos aun en esas condiciones permanecieron en su fe. Oraron y alabaron a Dios, y la respuesta fue un terremoto que abrió las puertas de la cárcel y las cadenas de los presos se soltaron…
Dios actúa poderosamente en el mundo espiritual
Experimenté un ataque hacia mi persona, que me atemorizó y me angustió; pero aprendí que como hijos de Dios, Él nos equipa con armas poderosas espirituales para destrucción de fortalezas del mal, porque donde hay alabanza y adoración, ahí habita Dios. (Salmo 22:3).
La alabanza y adoración es una expresión de FE, que cuando la llevamos a cabo en Espíritu y en verdad, Dios actúa liberando, sanando, trayendo paz y victoria sobre toda fuerza del mal… No se trata de cantar solamente, se trata de agradarle de corazón, ¡porque Supremo e Inigualable es nuestro DIOS!
Alabemos en cualquier circunstancia, en TODO tiempo, que Él escuche nuestra voz de adoración, el fruto de labios que exalten su Majestuoso Nombre.
