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Luz en el mundo

Por: Esmeralda Delgado

Estamos viviendo en una nueva norma. El mundo pandémico en el que vivimos ahora está cambiando nuestras vidas y obligándonos a mirar lo que es esencial y lo que no. El miedo, la soledad y el estrés se han convertido en compañeros en muchos hogares, incluso de los cristianos. Cuando las interacciones espirituales y sociales están limitadas por circunstancias fuera de nuestro control, nos vemos obligados a ajustarnos.

Nuestra fe puede ser desafiada y puede ser difícil ver dónde encaja Dios con esta nueva normalidad. Pero no nos desalentemos, como cristianos nuestra respuesta a este manifiesto no debe ser impulsada por el miedo sino como un medio para mostrar la verdad y la gloria de Dios.

Para el cuerpo de Cristo, esta pandemia representa una oportunidad sin precedentes para ser la luz. El coronavirus está ahora presente y está afligiendo a casi todas las naciones del mundo. Como cristianos deberíamos demostrar el amor de Cristo a través de actos de servicio y auto-sacrificio. Cuando un incrédulo observa a un creyente poniendo las necesidades de los demás por delante de las suyas propias, será testigo de las mismas manos y pies de Jesús en acción. Jesús es el reflejo perfecto de Dios y como la iglesia representa el cuerpo de Cristo, el mundo es testigo del Único y Verdadero Dios que ama a su creación y la librará del mal. Muchos llegarán a la fe en Jesucristo si no desperdiciamos la oportunidad; tenemos que compartir el amor de Dios con aquellos que están sufriendo física, emocional o espiritualmente, especialmente aquellos entre nosotros que son más vulnerables. Como dice en Mateo 5:14-16, "Somos la luz... nuestras buenas obras deben brillar para que el mundo las vea".

La nueva norma nos ha obligado a reagruparnos y a examinar cómo permanecer conectados. Es importante permanecer con los tiempos y descubrir nuevas formas de llegar a la gente. Tenemos más que suficientes oportunidades en nuestra vida cotidiana para ministrar hoy, ya que la vida se ha ralentizado, aprovechemos esta oportunidad. Esta es una nueva era en la que los medios de comunicación social han llevado la comunicación a pasos que nunca hubiéramos imaginado para las comunidades eclesiásticas. Me maravilla la forma creativa en que la gente busca conectarse con sus amistades, familia y congregaciones eclesiásticas a pesar de tener las estrictas limitaciones de la proximidad física. Dios nos hizo para estar en comunión con los demás. Vemos en 1 de Tesalonicenses 5:11 que Dios nos anima a edificarnos unos a otros.

Afortunadamente, los medios de comunicación social, ya sea el Zoom, Facebook, YouTube, Instagram, sólo para nombrar algunos, nos dan los medios para llegar y conectarnos con aquellos que necesitan la Palabra de Dios. También debemos ser cautelosos y reconocer que no todos tienen el mismo acceso a la tecnología, pero es una gran manera de introducir y proporcionar la ayuda que necesitan para participar en esta nueva forma. Aprovechar estas tecnologías nos ayuda a estar activamente comprometidos con los demás y nos fortalece para crecer espiritualmente. Nuestro objetivo final debería ser difundir la buena noticia de Cristo Jesús, como se nos ha ordenado.

Es difícil ver lo bueno en estos tiempos inciertos, pero si nos dirigimos a Dios, emergeremos más fuertes. Lo que el enemigo quiere hacer para el mal, Dios lo puede usar para el bien! Oro para que busquemos a Dios diariamente durante esta pandemia. Este verso se ha usado una y otra vez en estos tiempos, dice en la Biblia que "Dios perdonará nuestros pecados y restaurará nuestra tierra"(2 Crónicas 7:14). Esto no es sólo una promesa, sino que también hay un compromiso de "llamar su nombre y humillarnos". Así que no dejemos de servirle y buscarle sin importar las circunstancias o pruebas. Recuerden que siempre habrá alguien que necesita de Dios.

Vivimos con la esperanza de un mundo mejor por venir. Nuestra fe en Cristo nos sostiene, nuestro amor por Dios y por los demás nos define y nuestra esperanza nos anima a seguir adelante en medio de los tiempos difíciles. Los dejo con este verso que se encuentra en 1 Corintios 13:13 y dice "Tres cosas durarán para siempre: la fe, la esperanza y el amor, y la mayor de las tres es el amor”.

¡Espero que este blog las encuentre bien y bendecidas!


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