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Responde sin reserva alguna

Por: Dalimar Vélez


Nadie pudo anticipar la pandemia, las protestas de injusticia social y/o las consecuencias de todas las anteriores juntas. También añado… que las tensiones siguen en aumento: los números de contagios por el virus, el desempleo, la inestabilidad económica, las decisiones entre escuelas virtuales/presenciales, nuevos protocolos en todas las agencias y seguimos escuchando de más y más tiendas que solicitan con apuro su bancarrota.


O sea, seamos sinceros… en medio de este tiempo, el enfoque principal nuestro y de muchos cristianos puede haber sido modificado.


Sin embargo, recordemos algo que no ha cambiado. Yo puedo escoger hacer muchas cosas con mi tiempo, pero las mejores cosas que yo puedo escoger… todavía están disponibles. El poder “escoger la mejor parte” es una disciplina que se desarrolla cuando persistimos en seguir enfocados en la persona y vida de Jesús a pesar de la situación o circunstancia. Por lo tanto, ¿por qué no haces un alto lo antes posible para buscar estar cerca y escuchar al Maestro?


En el evangelio de Lucas (10:38-42), hay un relato de 2 hermanas que reciben a Jesús como visita y su respuesta individual define con claridad lo que es “escoger la mejor parte”. La primera de las hermanas, Marta, se afanó por atender y servir a sus visitas. Y claro, podríamos comprender a Marta pues… después de todo, no todos los días se tenía el privilegio de recibir a Jesús como el invitado. Sin embargo, aunque esto pudiera parecer una respuesta correcta, Marta en realidad respondía a las expectativas culturales. Ósea… según ella, “la cocina era su lugar” y “ella tenía que servir a las visitas”. Como Marta, muchas veces las tensiones del diario vivir nos llevan a desenfocarnos y/o a perder la noción de que es lo más importante. Otra vez, todas estas cosas (la casa, hijos, esposo, trabajos, estudios y aún el liderazgo ministerial) tienen relevancia, pero pueden usurpar con gran velocidad el lugar que no les toca. Su hermana María, por otro lado, fue capaz de escoger la mejor parte con una decisión que no es nada trivial. Medita por un momento… ¿Será que a María se le olvidaron sus responsabilidades?, o ¿Será que a María no le gustaba servir? La respuesta es “No” si escuchamos con detenimiento a Jesús. Mientras que Marta escogió estar en una condición que solo le trajo ansiedad y preocupación, María escogió con mucha sabiduría “la mejor parte” y persistió estar allí pese a la opinión común. Jesús no solo confirmó el buen juicio de María, pero también prometió no quitar esta bendición de ella.


¿Se acabó la historia? ¡Claro que no! Pues esta decisión de estar a los pies del Maestro la llevó a apreciar y a obsesionarse con sus enseñanzas. De hecho, es esta misma María (de Betania) la que luego responde con a una devoción total en Mr 14:3-9 y Jn 12:1-8. Su respuesta no se limitó a lo que podía o lo que debía dar al Maestro. María fue más allá de lo monetario, de la crítica, de la cultura y de lo acostumbrado. María tomó un frasco de alabastro de nardo puro, cuyo valor equivalente era el salario anual de una persona, y lo derramó sobre la cabeza y pies de Jesús hasta que la casa se llenó del olor. Ella en humildad entregó lo mejor y así ungió al Mesías. Su adoración fue sin ninguna reserva. Las críticas no tardaron, los que estaban reunidos comenzaron a murmurar y a expresar su preocupación por el desperdicio de dinero. Otros, argumentaban donde se hubiese usado mejor estos recursos (“excusas santas”), pero Jesús nuevamente defiende la devoción y adoración de María, al decir: “Buena obra me ha hecho … dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.” (Mr 14:6-9).


Nuestro reto:

· Que nuestra vida revele quien es nuestro Salvador

· Que persistamos en nuestra devoción aun en contra de los murmuradores.

· Que aprovechemos cada oportunidad y respondamos sin reservas a Jesús sin importar el tiempo en que vivimos.


¡Se que lo podemos lograr!



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