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Vayamos más allá

“No dejes de hacer el bien a todo el que lo merece, cuando esté a tu alcance ayudarlos.” Proverbios 3:27

Ya sea que estemos atravesando una pandemia mundial o simplemente un día "normal”, hoy es uno de esos días para practicar ser un “SERVIDOR”. Hoy es cuando debemos practicar poner a los demás primero. Hoy es cuando debemos practicar la gracia, especialmente hacia aquellos que creemos que no se la han ganado o que simplemente no la merecen. Se vale alegrarle el día a otra persona aún bajo nuestro propio inconveniente o incluso bajo nuestro propio costo. Porque Jesús dio su vida por cada uno de nosotros, practicar amar, el servir, el dar e ir; debería ser tan natural para nosotros como inhalar y exhalar. Dudo mucho que alguno de nosotros lleguemos al final de nuestras vidas y digamos: "Dios, desearía haber dado menos, ayudado menos, amado menos, sacrificado menos, servido menos". Por el contrario, estoy súper segura de que el desinterés nunca aparecerá en una lista de arrepentimientos para ninguno de nosotros. Hacer algo por los demás o poner a otra persona primero, simplemente, hace bien al corazón y al alma. Entonces, ya sea que vayamos más allá por alguien para que se sienta importante y especial o simplemente que hagamos todo lo cuánto podamos por otra persona, “NO NOS DETENGAMOS POR NADA”. Mientras vivimos en una cultura que nos mueve al "todo sobre mí", Cristo siempre estará moviendo nuestros corazones y nuestras vidas hacia los demás. Hacia aquellos que están en necesidad a nuestro lado o en esa oficina al otro lado del pasillo, a nuestros vecinos justo al final de la calle, a aquel asilo de ancianos por el que pasamos a diario. Jesús vino a servir y a dar. Este es el ejemplo que vivió y nos dejó. Él quiere y anhela que nosotros “nunca nos alejemos de ese alguien que merece ayuda”. Tengamos presente que nuestras manos se convierten en la mano de Dios para aquella persona en necesidad. Cuando servimos a alguien más, tenemos la oportunidad y el privilegio de extenderles el corazón y la mano del Dios Todopoderoso. Este es un buen momento para dejar de hacer que esta vida se trate de mimos egoístas y con derecho sólo para nosotros. Dejemos que el apóstol Pablo nos ayude a mantener las cosas en perspectiva: "Queridos hermanos, se les ha dado libertad: no libertad para hacer el mal, sino libertad para amarse y servirse mutuamente". (Gálatas 5: 13) Amarnos y servirnos el uno al otro suena muy simple, pero si queremos hacerlo a la manera de Cristo, vamos a necesitar de Su ayuda hoy. Aún en medio de la práctica del distanciamiento social que nos ha tocado vivir en estos días, podemos vivir de tal manera que terminemos creando el lugar más concurrido (y sin embargo más seguro) que podamos encontrar... solamente AYUDANDO.


Pastora Abigail Febus

Iglesia CiudadViva


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