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“Yo soy así… y a mí nadie me cambia”, ¿suena familiar?

Actualizado: 6 ene 2020

Por: Mareleney Rodríguez

Directora, Ministerio de la Mujer

CoG North Central Hispanic Region


El cambio es una parte innegable y necesaria en la vida. Es parte integral del desarrollo personal y espiritual, y muchas veces incomoda, porque nos mueve de nuestra zona de confort. Pero el cambio en la vida personal y eclesiástico nos ayuda a crecer, nos abre puertas hacia nuevos horizontes, y abre los ojos hacia nuevas oportunidades y desafíos. Así como las misericordias de Dios son nuevas cada mañana, así abrazar los cambios necesarios es sumamente importante. ¡Nadie cambia por el simple hecho de cambiar! El cambio debe ser intencional y con objetivos. Dice 2 Corintios 3:18, “Por tanto, nosotros, todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”.


Hay quienes dicen, “Yo no cambio, así Dios me hizo; así soy, y al que no le guste, pues... (llene usted el blanco)”. O, “Así es mi iglesia, somos pocos, pero somos santos”. Ninguna de estas aseveraciones es espiritual, ni tiene nada de inteligencia. Es una manera fácil de despedir la responsabilidad como creyente o líder. El cambio no es otra cosa que “transformación”. Ser pentecostal es abrazar la transformación por medio del Espíritu Santo.


Dios no nos llamó a cantar el mismo coro toda la vida, o a repetir la misma oración una y otra vez. Esto muchas veces es casi automático, sencillamente porque es cómodo y habitual. No desafía la mente ni el corazón. De más está decir, que la sociedad ha cambiado y seguirá cambiando a través de las generaciones, pero la iglesia del Señor en algunos lados se ha quedado parada en el tiempo. Atesorando cosas que no han probado tener crecimiento espiritual ni mucho menos numérico. Venerando reliquias como si fuera un museo, resistiéndose por años a los cambios. Eso precisamente es una de las razones por la que algunos templos hoy en día son museos, se quedaron sin gente, porque no vieron la luz verde del cambio. ¡Necesitamos una METAMORFOSIS! ¿Por qué nos cuesta entender y asimilar los cambios? El cambio es un proceso que trae grandes dividendos para la vida personal y la vida de la iglesia. Tú y yo podemos, porque tenemos el poder del Espíritu Santo para alcanzar mayores cosas a la gloria del Señor.


Aquí te dejo algunos consejos paulinos:

1. El cambio rompe rutinas.

2. El cambio trae nuevas oportunidades.

3. El cambio revela nuestra madurez.

4. El cambio nos ayuda a crecer emocional y espiritualmente.

5. El cambio transforma nuestra actitud y perspectiva de vida.

6. El cambio es un aspecto bíblico.


¡Vamos por una METAMORFOSIS en el nombre de Dios!




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